Hola cariño,
que tal. No sé porqué, pero se me dio por escribirte pese a que ya no nos vemos
hace un buen rato. Aunque me sigue doliendo que hayas preferido a tu novia que
a tener que luchar con los prejuicios sociales, quiero decirte que te sigo
amando con la misma fuerza de ayer. Papi, te extraño horrores.
Estás en mi
cabeza todo el tiempo, pero sobre todo ocupas cada pedacito de mi corazón.
Quiero que sepas, que siempre te recuerdo dos veces al día: “de día y de
noche”… Siempre me pregunto si tú me recuerdas, así como lo hago yo… cómo
desearía que sea así.
Cuando me
dejaste de hablar, creí que todo mi mundo se terminaba, porque ya no te oía
reír, ya no escuchaba tu voz ni me contabas lo que te había sucedido en el día.
Quiero que sepas que si algún día te dije que te iba a olvidar, pues no estés
tan seguro de eso, porque no lo puedo hacer y creo que no lo haré nunca…
Amor, te pido un favorcito: “Tu tampoco
me olvides, ok”
Te quiero
mucho, mucho, mucho… Cuídate!
No hay comentarios:
Publicar un comentario