Combinación letal que la elevó al tope de la escena pop y con eso no nos referimos solamente a la música pop, sino a toda la cultura pop. Su influencia se ha hecho sentir tanto en las pistas como en el mundo de la moda y en el comidillo farandulero de todo el mundo. Todo con un solo disco (o uno y medio, considerando la extensión “The fame monster”) y un cargamento de clips que batieron récords en Youtube. Ahora llega el sucesor de todo eso.
Stefani Joanne Angelina Germanotta, como se llama realmente la cantante, tiene todos los ojos puestos sobre ella porque con su debut redefinió las reglas del juego y ahora esperan algo de similar impacto. ¿Puede ser tan así? Nadie sabe, pero su apuesta va por equilibrar dos fuerzas: mantener la línea que ya la identifica, para que su carrera no peque de inconsistente; y la otra, tirarse al río del riesgo, revolver todo, sorprender.
Una larga campaña de mercadotecnia precedió el lanzamiento. Twitter llegó a echar humo con sus 10 millones de seguidores que seguían cada paso de la campaña. El primer sencillo, que da nombre al disco, se conoció en febrero. Desde entonces se han ido liberando imágenes, clips y nuevas canciones como “Judas” y “The edge of glory”. Los que se suman a hitos como un capítulo especial de la serie “Glee” dedicado al nuevo material, flashmobs en todo el mundo, aparecer en el Festival de Cannes, oficiar por un día de directora de un diario internacional... la lista sigue y para seguir sumando, fue elegida la celebridad más poderosa según Forbes.
Obviamente no ha faltado la polémica. Que “Born this way” es una copia a Madonna, que sectores religiosos se enroncharon con “Judas”, o lo que sea de turno. Como una esponja, eso no hace más que engrandecer el fenómeno de la artista.
Pasando a lo que propone el nuevo trabajo, de partida Lady Gaga da más realce a su voz. Si a veces sonaba como robot en hits como “Poker face”, ahora se destapa como intérprete. En el estribillo del sencillo “Judas” ya se aprecia una buena performance vocal y sorprenden los matices que logra en el resto de la placa, pasando de un estilo a otro como quien se cambia de chaqueta. Hay toques latinos, de techno duro, de rock and roll, de la chanson francesa… un menjunje que cruza pop y rock en dosis justas, con toques futuristas y épicos pero sin perder el aquí-y-ahora del pop. Es el resultado de la producción conjunta entre la propia Lady Gaga y Fernando Garibay (Enrique Iglesias, Britney Spears, Will.I.Am, Pussycat Dolls), RedOne (responsable de anteriores éxitos de Lady Gaga), Mutt Lange (AC/DC, Def Leppard, Bryan Adams) y DJ White Shadow.
Pero lo más importante va por el giro temático. Si en “The fame” alucinó con el glamoroso mundo de las luces y la fama y en “The fame monster” con las vicisitudes del estrellato ganado de la noche a la mañana, en “Born this way” asume una postura casi maternal desde su concientizada posición sobre la cima del mundo.
Los destinatarios son sus “pequeños monstruos”, como llama a sus seguidores, a quienes no se cansa de exaltarles su individualidad, su libertad de todo tipo, el mandar al carajo lo que diga el mundo, que sean de la manera en que nacieron. Entre medio de todo eso, hay también instantes románticos, reflexiones más personales, contenidos polémicos, harta fiesta y otros tópicos que a ella le gusta explotar.
El manoseado concepto de “reinvención” que el vulgo cree que hay que pedirle dogmáticamente a todo el que le da el palo al gato, no es precisamente lo que trae “Born this way”. Más bien un perfeccionamiento de lo que ya había propuesto. Más ampuloso y enriquecido.
Son 14 canciones, 17 en la versión de lujo. “Dios nos hizo jodidamente libres”, ha expresado la cantante ante la avalancha de expectativas, cuestionamientos, críticas y lo que sea que venga. Así es como se presenta ahora al mundo. Llega entonces el turno de asimilar el grito de libertad de la actual reina de las tendencias.
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